En tiempos recientes, se ha puesto de manifiesto la trascendencia del estrés y la ansiedad en los trastornos que afectan al aparato digestivo. Se estima que el 38% de los casos de acidez en España se atribuye al estrés. No solo causa un perjuicio en la salud en términos generales, sino que, además, el estrés propicia un aumento en la segregación ácida del estómago, lo cual puede acarrear consecuencias dañinas.

Desarrollo de acidez estomacal

La acidez estomacal se manifiesta como una sensación de quemazón detrás del esternón o en el área del pecho. También, puede ir acompañada de eructos, regurgitación ácida o mal sabor en la boca. A continuación, se describe cómo se desarrolla la acidez estomacal en el organismo: Producción de ácido: El proceso comienza en el estómago, donde se produce ácido clorhídrico y enzimas digestivas para descomponer los alimentos. Esfínter esofágico inferior: El esfínter esofágico inferior (EEI) es un anillo muscular ubicado entre el esófago y el estómago. Normalmente, actúa como una válvula que se cierra para evitar que el contenido ácido del estómago regrese al esófago. Reflujo ácido: Si el EEI no se cierra adecuadamente o se relaja de manera inapropiada, el ácido del estómago puede regresar al esófago. Esto se conoce como reflujo ácido. Irritación del esófago: El ácido estomacal es altamente corrosivo y puede irritar el revestimiento sensible del esófago, causando una sensación de ardor de estómago conocida como acidez estomacal.

¿En qué afecta el estrés en el estómago?

El estrés es un torrente de tensión que se desborda en lo físico y lo emocional. Surge de cualquier circunstancia o idea que sumerja en la frustración, la furia o el nerviosismo en la mayoría de las especies. Es un enigma de pensamiento que alarma, pero también ayuda a recordar la capacidad para superar los desafíos y encontrar la calma en medio del caos. La ciencia ha reconocido al sistema nervioso entérico como el “segundo cerebro” del cuerpo, encargado de regular los intestinos. Este sistema establece una comunicación única, donde los neurotransmisores desempeñan un papel doble, como, por ejemplo, facilitar la digestión y alertar al cerebro cuando algo está fuera de lugar. El “segundo cerebro” también alberga billones de bacterias que interactúan con el sistema nervioso entérico. Numerosos estudios revelan que estas bacterias intestinales y sus subproductos tienen un impacto en el estado de ánimo, la cognición, la conducta y el metabolismo. Cuando se desencadena el estrés, el cuerpo puede experimentar sensaciones incómodas como dolor abdominal, acidez, diarrea, náuseas o la conocida sensación de “mariposas en el estómago”. Estos síntomas evidencian la existencia de una comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro. Decoración cerebral marrón en fotografía de enfoque selectivo El sistema nervioso entérico, con sus neurotransmisores y la interacción de las bacterias intestinales, juega un papel crucial en la salud física y mental. Comprender esta conexión nos ayuda a reconocer la importancia de un equilibrio intestinal adecuado y cómo influye en nuestro bienestar general. El estrés puede tener un impacto significativo en el funcionamiento del estómago y empeorar los síntomas de diversas afecciones digestivas preexistentes.

Diferencias entre las afecciones más comunes

1. Acidez estomacal

La acidez estomacal se manifiesta como una sensación de ardor o malestar detrás del esternón. Este malestar ocurre cuando el músculo que separa el esófago y el estómago se relaja, permitiendo que el ácido estomacal ascienda hacia el esófago. Es normal experimentar episodios ocasionales de acidez estomacal, no hay motivo para alarmarse. En muchos casos, se puede controlar el malestar cambios en el estilo de vida y medicamentos sin receta. Sin embargo, si la acidez estomacal se vuelve más frecuente y afecta tu rutina diaria, consulta con tu médico. El estrés puede influir en la digestión al ralentizarse, lo cual provoca que los alimentos permanezcan en el estómago durante más tiempo del necesario. Esta demora en el proceso digestivo puede ser un desencadenante de la acidez estomacal. Es importante prestar atención a los síntomas y buscar ayuda profesional si es necesario, ya que un diagnóstico y un tratamiento adecuado pueden ayudar a evitar complicaciones y mejorar tu calidad de vida. Un hombre con dolor de estómago en forma de círculo.

2. Indigestión

Síntomas experimentados como, hinchazón, náuseas, eructos, gases o diarrea después de comer, generalmente están asociados con la indigestión. La cual, suele ser causada por varios factores, como comer en exceso o demasiado rápido, consumir alimentos ricos en grasa o comer en situaciones estresantes. La indigestión puede manifestarse de forma intermitente, y su aparición y desaparición pueden estar relacionadas con los niveles de estrés experimentados.

3. Síndrome del intestino irritable (SII)

El Síndrome del Intestino Irritable (SII) es un trastorno intestinal caracterizado por síntomas como calambres, gases, hinchazón y alteraciones en el ritmo intestinal, como diarrea o estreñimiento. Algunas personas experimentan brotes de SII debido al estrés. El estrés puede desencadenar respuestas fisiológicas y emocionales que afectan el funcionamiento del sistema digestivo. En el caso del SII, el estrés puede influir en la sensibilidad del intestino, provocando síntomas más intensos o frecuentes.

Cómo evitar acidez causada por estrés y ansiedad

A continuación, algunas recomendaciones para evitar la acidez estomacal causada por el estrés:
  • Gestión del estrés: Busca técnicas de manejo del estrés que te ayuden a reducir la tensión emocional. Prueba actividades como la meditación, la respiración profunda, el yoga, el ejercicio regular o la terapia de relajación.
  • Alimentación saludable: Mantén una dieta equilibrada y evita alimentos que puedan desencadenar acidez estomacal, como comidas grasas, picantes, cítricos, alimentos fritos o café. Opta por opciones más saludables como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.
  • Evita el exceso de cafeína y alcohol: Tanto la cafeína como el alcohol pueden aumentar la producción de ácido en el estómago y empeorar la acidez estomacal. Limita su consumo o busca alternativas más suaves como el té descafeinado o las bebidas sin alcohol.
  • Evita comer en exceso y las comidas rápidas: Consumir grandes cantidades de alimentos en una sola comida puede ejercer presión sobre el esfínter esofágico inferior y favorecer el reflujo ácido. Opta por comidas más pequeñas y mastica adecuadamente los alimentos.
  • Evita comer justo antes de acostarte: Deja un margen de al menos 2-3 horas entre la última comida del día y el momento de irte a dormir. La posición horizontal puede facilitar el reflujo ácido, por lo que es mejor que el proceso de digestión se haya completado antes de acostarte.
  • Identifica tus desencadenantes: Presta atención a los factores específicos que desencadenan la acidez estomacal relacionada con el estrés. Puede ser útil llevar un diario de alimentos y emociones para identificar patrones y evitar esas situaciones o alimentos en particular.
  • Consulta a un médico: Si la acidez estomacal relacionada con el estrés persiste o es muy intensa, es recomendable buscar atención médica. Un médico podrá evaluar tu situación y, si es necesario, prescribir medicamentos adecuados para controlar los síntomas.
Cabe recordar que cada persona es diferente, por lo que es importante encontrar las estrategias que mejor se adapten a ti para reducir el estrés y prevenir la acidez estomacal relacionada. Foto de una doctora
Fuentes

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